Cosas Que Pasan 2.0

• La batería no me dura nada.
• ¿Cuando lo cargó por última vez?
• El pasado miércoles.
• Eso es casi una semana, señora.
• Pues eso, que no dura nada.

Mi compañero, ha seguido con ella como unos diez o quince minutos, pero no entraba en razón ni para atrás. La hemos "derivado" a una tienda oficial Vodafone. A ver si allí la convencen de que una semana de batería en un móvil de 30 euros, es mucho mas tiempo del que debiera durar normalmente, aunque dudo que la hagan entrar en razón.

Perla "Namber Chú"

Indivíduo de unos cuarentitantos, mezcla de Carlos Jesús y Juan Tamariz. Viste bermudas verde fosforito, camiseta imperio blanca (bueno, lo era el día que salió de la lavadora) y sandalias con calcetines blancos.

• A ver si me puedes ayudar...
• A ver...
• Es que mi hijo es un descerebrado, se me ocurrió dejar que tocara el ordenador y ahora no arranca.
• Si nos trae el equipo se lo diagnosticamos y le podemos dar presupuesto de reparación...
• Que va!! No hace falta. Con que me des un disco de arranque me basta.
• ¿Un disco de arranque?
• Si, hombre. Un desto para que arranque el esquispé.
• No acabo de comprender a que se refiere. (Os juro por las chancletas de Mafalda que no estaba pillando ni media).
• Si hombre. Un desto de esos cuadrados pequeños para arrancar el güindors.
• ¿Se refiere a un diskette?
• Si, eso.
• Es que los diskettes se venden vacíos.
• ¿Como que vacíos? Yo tenía uno que me servía para encender el pecé.
• Ya. Pero el disco en sí se vende vacío. Después uno puede hacer con él, un disco de arranque o simplemente grabar los datos que quiera.
• No jodas. Pues a ver ahora que hago, porque si cuando venga la parienta no puede chatear, se va a liar una de tres pares de cojones.
• Lo único que puedo aconsejarle es que nos lo traiga y veremos que se puede hacer con el arranque. Quizá no sea nada importante.
• Habiéndole metido mano el cabronazo de mi hijo seguro que está hecho polvo.
• Es todo cuanto puedo hacer por usted, caballero.
• Pues ya lo traeré.

Son casi las doce de la noche y sigo con los ojos a cuadros. Tanto por el atuendo como por el vocabulario. Lamento que tenga que aparecer dicho vocabulario, pero ha sido necesario para plasmar lo salvaje del sujeto en cuestión.

Hacía ya tiempo que no entraba un salvaje en la tienda. Si no recuerdo mal, desde que vino uno que nos quería matar (literalmente) y que para que se fuera tuvieron que venir dos patrullas de la Nacional y una de la Municipal. Pero eso es algo que ya os contaré en otra ocasión, ya que seguramente tendrá que ir en varios capítulos.

Creo que por hoy ya os he dado bastante la tabarra, así que cada mochuelo a su olivo y cada cerdo a su cochinera.