Cosas Que Pasan 2.0

Por una vez y sin que sirva de precedente, he tenido un día casi del todo normal, incluso diría que agradable.

Esta mañana, he tenido que visitar a un cliente para cambiar una tarjeta gráfica e instalar un antivirus. No es un cliente nuevo. Yo ya había hecho un par de reparaciones para el en el taller, pero nunca había estado en sus instalaciones.

Cuando he llegado, me ha atendido una mujer de unos treinta años como mucho, llamada Sonia. Amable hasta alcanzar cotas insospechadas, lo primero que ha hecho ha sido ofrecerme un café, para después explicarme el problema que tenía en su equipo, ya que nunca antes habíamos hablado de ello. Simplemente, habían comprado un monitor de 19", cuya resolución nativa es de 1440 x 900, resolución que la gráfica integrada en placa no alcanza. El resto era simplemente un tema de antivirus caducado, así que había que actualizar.

Todo ha ido sobre ruedas, pero lo de lo que mas he disfrutado, ha sido de la conversación. Hemos estado hablando un poco de todo, en un tono cordial y relajado. Ha sido una de esas conversaciones, que si de ti dependiera duraría horas y horas. Hacía mucho tiempo que no me sentía así de cómodo hablando con alguien (excluyendo allegados y amigos). Hemos hablado de lo mucho que le cuesta entender el mundillo informático, y de lo loco que está el Mundo. Hemos hablado de nuestros hijos y del poco tiempo que tiene uno para disfrutar de ellos; de lo mal que están las cosas ahí fuera y de lo poco que hace la gente para cambiarlo. Incluso hemos hablado de literatura y religión.

Defendemos posturas bastante opuestas. Ella ve el concepto de bien y mal, del Dios bueno y del Dios malo, como una cuestión de elección. En su opinión, Dios no hace el bien o el mal, sino que le da al hombre esas dos opciones para que actúe según su criterio. Yo, personalmente me inclino a pensar que un Dios todopoderoso y bondadoso y la existencia del mal son mutuamente excluyentes, y se plantean los dilemas: o dios es malo o no existe; o dios es todopoderoso o bueno (un hombre sabio Epicuro). No es que no crea en Dios. No creo en un Dios antropomorfo, omnipotente y ubicuo. Si acaso creo en un orden superior que rige algunos aspectos de nuestros destinos como personas, pero que nosotros gracias a nuestro libre albedrío podemos reconducir por el camino que creemos correcto. Así de esta guisa, hemos saltado sin darnos cuenta al tema literario.

Hemos estado comentando "Dios vuelve en una Harley", "El nombre de la rosa", y algunos mas que no recuerdo en este momento. Unas cosas y otras, nos han llevado a hablar de la Biblia. Reconocía que nunca la ha leído y que se le hacía un tanto cuesta arriba, por lo ocasionalmente abstruso de su redacción. Yo si la he leído, y tal y como le comentaba a ella, no hay que leerla desde el punto de vista de "dogma de fe", sino como una novela. He leído pocos libros como la Biblia, pero sin perder la perspectiva fijada.

En fin, creo que me he alargado un tanto, pero tenía ganas de explayarme un poco en lo que me gustaría que sucediera mas a menudo, poder encontrar mas personas con las que conversar (mas que hablar) sin sentir la imperiosa necesidad de huir.

Pretendo tan solo, que este post quede como un palimpsesto de lo que ha sido un día agradable.